Joseph Nicéphore Niépce fue un terrateniente francés, químico, litógrafo y científico aficionado que inventó, junto a su hermano, un motor para barcos y, junto a Daguerre, es el autor de la primera fotografía de la historia.
Dicha imagen fue realizada desde su ventana en Gras (Francia), datada en el año 1826, es la primera fotografía conocida y se conserva en la actualidad en la Universidad de Texas. Sin embargo, el semiólogo Roland Barthes, en su obra La cámara lúcida (Paidós, Barcelona, 1989), recoge una imagen posterior que el autor acompaña de un pie de foto: «La primera fotografía». Se trata de la obra La mesa puesta, una borrosa instantánea de una mesa dispuesta para ser utilizada en una comida, datada por el autor en 1822, que se conserva en el Museo Nicéphore Niepce. La foto anterior, realizada unos diez años después de que consiguiera las primeras imágenes, recoge un punto de vista de una calle fijado sobre una placa de metal. Necesitó ocho horas de tiempo de exposición de la placa a la luz. Para realizar esta fotografía utilizó una plancha de peltre recubierta de betún de Judea, exponiendo la plancha a la luz y quedando la imagen invisible; las partes del barniz afectadas por la luz se volvían insolubles. Después de la exposición la placa se bañaba en un disolvente de aceite esencial de lavanda y de aceite de petróleo blanco, disgregándose las partes de barniz no afectadas por la luz. Se lavaba con agua, pudiendo apreciar la imagen compuesta por la capa de betún para los claros y las sombras por la superficie de la placa plateada.